En lo concreto, el coaching se enfoca al presente y al futuro, mientras que la terapia con frecuencia se ocupa de la sanación emocional y sus raíces en el pasado. El coaching suele ser más corto, y requiere del cliente el trabajar asiduamente en sus objetivos de desarrollo. La terapia trabaja el darse cuenta del cliente para proporcionar alivio a su malestar o aflicción; el coaching posibilita, capacita al cliente mediante el desarrollo de habilidades específicas. La terapia no suele emplear prácticas para facilitar el desarrollo de nuevas capacidades.
En el caso del Coaching Integral una distinción importante es que al final del proceso serás capaz de generar tus propias prácticas y de tener una comprensión clara acerca de hacia donde dirigir tu desarrollo y crecimiento, y de como mantener ambos centrados en los objetivos identificados en el programa de coaching, sin el coach. Esto no es algo que recibas normalmente tras trabajar de 4 a 9 meses en una terapia.
Un coach te ayuda a clarificar tus metas o deseos, y trabaja contigo en un plan para alcanzarlos. Un terapeuta te ayuda a entender y lidiar con un problema o dificultad que estés teniendo. Utiliza métodos terapéuticos, mientras que un coach utiliza métodos programáticos.

 

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